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Carreteras ecológicas e inteligentes

Los autores ciencia-ficción que habían imaginado unas ciudades donde los coches surcaran los aires se han equivocado, la conducción por aerodeslizadores no es para mañana y nuestras carreteras tienen mucha vida por delante. Pero esto no impedirá profundas transformaciones bajo una perspectiva ecológica.

Desde el punto de vista del reciclaje se espera que la técnica permita reciclar hasta el 100% de los materiales de la carretera, con ello se evitaría abrir nuevas canteras y el transporte de materiales. Hoy se recicla el 30%.

Nuevos compuestos de origen vegetal, en sustitución de los derivados del petróleo, a base de aceite de colza, trigo o girasol deberían aparecer en una decena de años.

Según Chantal de la Roche, “el material ideal para construir una carretera sería uno renovable y fabricado en frío para reducir el consumo de energía”.

En materia de asfalto podríamos imaginar una carretera que adsorbiera la radiación solar pudiendo así producir energía. Algunas ya adsorben gases tóxicos, la sociedad Eurovía ha construido una calzada descontaminante, lastrada con óxido de titanio, capaz de neutralizar los óxidos de nitrógeno por fotocatálisis.

Si la preocupación por el medio ambiente es importante, la seguridad también lo es; se están desarrollando nuevos materiales para reducir la distancia de frenado.

En calzadas experimentales se pude observar el cambio de color de un revestimiento termosensible, se trata de un barniz que pasa de incoloro a rojo cuando la temperatura en la calzada desciende por debajo de 1 ºC, esto advierte al automovilista del peligro debido a la formación de placas de hielo.

Más allá de los materiales el futuro de las carreteras está en los sistemas de comunicación. Las tecnologías actuales permiten hacer dialogar a infraestructuras y vehículos .En Japón hay paneles de limitación de velocidad variables según la circulación o la meteorología.

Para algunos el sueño sería una carretera que pueda no solo modificar su velocidad, sino también transformarse en función de las condiciones de circulación.

Los Países Bajos experimentan “la gestión dinámica de las vías”.Un sistema de transmisores luminosos hace pasar la calzada de dos a tres vías según la densidad de tráfico.

Todo esto está muy bien, pero si hubiera un accidente debido a un error informático o a una avería, ¿quién sería el responsable? ¿El conductor o la carretera?

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